Sí, con “b”, aludiendo a la palabra en inglés “mobility” que significa movilidad, es decir, la capacidad de movimiento.
Este concepto, si bien abarca todo lo que son los aparatos y su capacidad de moverlos, ligado a la portabilidad y al wireless (conexión sin cables), es principalmente la definición de una clase de aplicaciones que nos permiten interactuar cuando como usuarios estamos en permanente movimiento (lugar y tiempo).
Podemos distinguir dos dimensiones de la mobilidad:
Claramente las novedades en hardware apuntan a la mobilidad. Desde los evidentes notebooks, pasando por las palms, los pendrives, la tecnología bluetooth, el wi-fi hasta llegar a los I-Phones o Zunes.
El escritor especialista en Web 2.0, Ajit Jaokar, determina las características que hacen a un dispositivo “móbil”
- Es transportado por el usuario
- Tiene la batería incorporada
- Pequeño por definición
- Probablemente funcional pero con un enfoque principal
- Con mecanismos anexos limitados (Ej. teclado pequeño)
- Personal y personalizado pero no factible de ser accesorio de vestir.
Si respecta a la red apreciamos una vasta lista de aspectos “móbiles”. Lo primero y fundamental es la capacidad de acceso a una conexión a Internet, contando con esto podemos usar servicios que por excelencia se mueven junto a nosotros, acá se anotan la mensajería instantánea (Ej. MSN), Skype o el claro ejemplo del microbloging de Twitter, tanto en su actualización desde la web como desde el celular. Se trata principalmente de sistemas que no requieren acceso mediante el browser.
Un servicio “móbil” de la Web 2.0 lo podemos distinguir por lo siguiente:
- Es un servicio, no un software convencional (packaged software)
- Funciona a diversas escalas
- Es masivo
- El servicio maneja una permanente base de datos
- La base de datos se enriquece mientras más gente usa el servicio
- Los usuarios se consideran “co-desarrolladores” dada su significativa contribución
- El servicio se define como “inteligencia colectiva” y es por definición “sobre el nivel de un dispositivo singular”
- Las conductas “por defecto” de los usuarios son capturadas y registradas
- La información es “con algunos derechos reservados”, los usuarios comparten.
En este escenario podemos advertir un creciente uso de la tecnología “móbil” en nuestro día a día, pero el paso completo lo daremos cuando estas dos dimensiones de la mobilidad funcionen en completa sintonía y así entrar a una suerte de “era móbil”. Y es que no todos los aparatos móviles que usamos tienen necesariamente una conexión con la Web 2.0, como nuestros celulares, agendas electrónicas, reproductores de música o relojes. El desafío 2.0 entonces consiste en incorporar a estos dispositivos los servicios web, los celulares parecen ser los más adelantados en este sentido: está el ya mencionado Twitter y los avances que las compañías telefónicas ya han anunciado hace un tiempo para sus aparatos, como MSN, la capacidad de leer el correo electrónico o los juegos en línea. También está el caso del I-Pod Touch que viene equipado con wi-fi y Safari.
Pero si de mobilidad se trata es el I-Phone el aparato más destacado, éste aparte de cumplir con su función de teléfono, viene con un sistema Mac OSX actualizable que viene con Safari, también brinda la posibilidad de usar mensajería instantánea, tiene tecnología wi-fi, EDGE y bluetooth 2.0 además de permitir la reproducción de audio y video.
Cuando llegue por completo la “era móbil”, la Web 2.0 será parte del día a día de todos.
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